Ahora tocaría que contara cómo fueron los orígenes... Todo empezó cuando el viento del Atlántico impulsó sus alegres brisas hacia tierras canarias y despertó los instintos yaoísticos de la jefa, Nuyum-sama, o Dominatrix la del Látigo, quien se lanzó a sacar Sekai ichi Hatsukoi con ayuda de otro canario que dice renegar del yaoi pero que fue quien habló a la jefa de Junjou Romantica (quién te ha visto y te ve, Deston XD)... Y luego, algunas/os perdidas/os nos vimos atraídos por ese faro que brillaba en las islas y.... En fin, tenéis una estupenda historia de "Cómo empezó todo" en el menú de la izquierda.
Desde entonces, hemos lanzado 21 proyectos, entre series, pelis y ovas, y tenemos algunos más por terminar. La sección manga se nos quedó un poco por el camino, pero esperamos resucitarla en algún momento. Aun así, 7 series por temporada no está nada mal, ¿verdad? Sobretodo cuando la mayoría llegamos sin tener ni idea de en qué nos metíamos.... Algún día os contaré qué pasó cuando intenté aprender a encodear.... Ahora ya no encodeo.
Para celebrar nuestro aniversario, y conicidiendo con el Día del Libro, hemos pensado en sacar un lanzamiento especial de uno de los personajes favoritos del staff (femenino) de esta casa, y hacerlo por todo lo grande. Por ello, os traemos el resto de capítulos de la novela de Yokozawa Takafumi no Baai, queriendo hacer también un poco de tributo al universo Marukawa que lo empezó todo. Nos habíamos quedado en el capítulo 2, así que aquí tenéis del 3 al 7. Próximamente, scaremos la novela íntegra en un archivo. ¡Esperamos que la disfrutéis!
Por útlimo, el staff, y particularmente, la jefa-sama (que no ha escrito proque anda poniendo en uso su látigo) desea agradecer a todos aquellos y aquellas que habéis ido llegando poco a poco por esta casa y os habéis quedado, por una temporada o por muchas, tanto a los que habéis formado parte del staff como aquellos que disfrutáis de nuestros proyectos. ¡Gracias a todos/as! ¡Larga vida al fansub!
Os dejamos con la historia de qué pasó cuando invitamos a Yokozawa y a Kirishima la fiesta de Kanarianime...
«Kirishima levantó la vista de la pantalla del ordenador tras presionar la tecla del enter en su teclado. Obediente, el puntero se desplazó por la pantalla y quedó a la espera del inicio de un nuevo párrafo. Enderezó la espalada y estiró, mientras un enorme bostezo que no se disimuló en esconder estiraba sus finos labios. Un agradable temblor recorrió sus hombros, y haciendo chasquear la lengua contra el paladar, se inclinó de nuevo sobre el teclado. Los ojos sin embargo se le fueron hacia el reloj de la pantalla y vio que eran ya las nueve y media pasadas. Sólo tardó unos instantes en decidir que ya era bastante tarde; al fin y al cabo había estado haciendo tiempo para esperar a Yokozawa, que seguía pegado a su mesa dos plantas más abajo. Además, ya casi era la hora de la fiesta. Por otro lado, era viernes por la noche y hoy Hiyori se quedaba a dormir en casa de sus abuelos.
Apagó el ordenador y poniéndose su chaqueta de pana se dirigió hacia el ascensor tras apagar las luces de la planta. Mientras esperaba, su mente divagó distraída por lo que les aguardaba aquella noche. Habían abierto un bar ruso nuevo no muy lejos de allí y sería interesante descubrir cuánto vodka sería capaz de aguantar Yokozawa después de la fiesta.
Al fin, el timbre del ascensor sonó y las puertas se abrieron ante él para descubrir a Takano Masamune, editor de Emerald y el mejor amigo en tiempos de Yokozawa. O algo así. Kirishima no tenía muy claro cómo andaba la relación entre ese par, y si ni siquiera eso de “mejores amigos” seguía en pie. Pero no era algo que le afectara a él… o al menos no demasiado. Se encogió levemente de hombros y entró al ascensor, mal disimulando otro bostezo.
- Takano-san. – Medio articuló.
- Kirishima-san. -Dijo Takano, mientras el editor en jefe de Jappun se situaba su lado. – Buenas noches.
- Sí, sí… eso mismo. ¿Todavía trabajando? No estáis a final de ciclo en Emerald aún, ¿no?
- No. Tenía una reunión con el departamento de distribución. ¿Y tú?
- Ah, nada importante. Sólo haciendo un poco de tiempo.
Las puertas se deslizaron suavemente y Kirishima pulsó el botón del tercer piso. La cabina empezó a descender mientras los dos hombres guardaban silencio y contemplaban su reflejo distorsionado en las puertas del ascensor. Los segundos pasaron sin que ninguno de ellos despegara los labios ni hiciera el más leve movimiento. Al fin, la velocidad del ascensor se ralentizó y la campanilla indicó que habían llegado a la tercera planta.
- ¿Vas a la fiesta? – Preguntó Kirishima antes de bajarse.
- Sí, me pasaré un rato. – Contestó Takano mientras se quitaba las gafas y se las limpiaba con un pañuelo. – Supongo que tú también, ¿no?
- Sí. Bajaré enseguida.
- Hasta luego, entonces.
Asintiendo con un leve cabeceo, Kirishima dejó el ascensor. Sin embargo, a medio camino se paró y se volvió a medias hacia Takano, mirándole desde el descansillo.
- Oye, Takano-san, ¿te puedo hacer una pregunta? – Takano arqueó levemente una ceja y le miró inquisitivamente.
- Eh, supongo. – Respondió.
- Cuando estuviste con Yokozawa, ¿quién estaba arriba y quién abajo? Verás, es algo a lo que siempre le acabo dando vueltas, y no me lo acabo de imaginar, y él no me lo dice.
Desde el ascensor, Takano le lanzó una mirada sorprendida y parpadeó varias veces consecutivas, estupefacto. Al fin, estiró la mano y le dio al botón de cerrar las puertas.
- Nos vemos en la fiesta, Kirishima-san. No tengas prisa en bajar. – Se limitó a contestar mientras las puertas de cerraban. Kirishima se encogió de hombros y se alejó dando largas zancadas.
- Ni que fuera secreto de Estado… - Murmuró para sí.
En la tercera planta, algunos otros además de Yokozawa se apresuraban en terminar su trabajo. La mesa de Yokozawa quedaba de lado respecto al pasadizo principal; parecía estar concentrado revisando unos papeles, con el ceño fruncido, y no se dio cuenta de que Kirishima se detenía tras él.
- Ya te he dicho varias veces que ese ceño te agría el carácter. – Soltó. Yokozawa se sobresaltó y levantó la vista.
- Kirishima-san. Y yo ya te he dicho varias veces que no es de buena educación ir asustando a la gente. – Respondió Yokozawa, molesto por la sonrisa burlona que se pintaba en la cara de Kirishima. ¿Por qué siempre que veía a este hombre se hastiaba hasta lo indecible pero sin embargo era incapaz de mandarlo a tomar viento?
- Vale, vale. En fin, ¿qué estás haciendo? Ya es hora de bajar.
- ¿Bajar? ¿Bajar adónde?
- ¿Cómo que adónde? A la sección del sótano, por supuesto; tenemos que ir a la sección fantasma. – Dijo Kirishima en tono categórico.
- ¿A la sección del sótano? ¿De qué estás hablando?
- De la fiesta de Sapphire-Kanarianime. ¿O es que ya no te acuerdas de la nueva sección? Esta semana, cumplen un año y hay que celebrarlo. Qué mal, Yokozawa… Que estén en el sótano no es motivo para olvidarse de ellos, pobre chicos. Además, han trabajado algunos de los títulos en los que también has estado tú. De hecho, creo que el primero fue Sekai Ichi Hatsukoi, ¿no? – Kirishima hundió las manos en los bolsillos de su chaqueta y meneó la cabeza en ademán negativo. – Hay que ver qué poco agradecido eres.
- Cierra el pico. – Yokozawa cerró la carpeta que estaba revisando y se puso en pie. – Sí, ahora que lo dices, ya recuerdo quiénes son… Son los que empezaron esos rumores sobre ti y mí.
- ¿Rumores? ¿Qué rumores? Yo no creo que sea un rumor…
- ¡Kirishima! ¡No digas eso en voz alta! – Yokozawa suspiró mientras se masajeaba las sienes. Al menos, no había nadie cerca. – En fin… Sí, bajemos al sótano. Vamos. No puedo esperar a desearles feliz cumpleaños de una forma que no olvidarán.
Soltando un suspiro, Kirishima siguió a Yokozawa, dando gracias al cielo por no formar parte del staff de Kanarianime. Ni siquiera el amor por los libros de Yokozawa les iba a salvar. Pobres chicos: cuando el oso gruñía… Esbozando una sonrisa lobuna, Kirishima pensó que ya se ocuparía de alegrarle el humor más tarde. De momento, tocaba disfrutar de la fiesta. ¡Un año desde luego era algo para celebrar!»
x favor continua
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